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Consigo dislumbrar las pequeñas y lejanas voces, que disturbian mi mente con sus frágiles notas, cantando al unísono como ninfas que otorgan el placer a los oídos, describen tan hermosa melodía, con la pausa exacta de un beso corto atropellando los labios del otro...
Y ansío entender cómo lo hacen, como consiguen enamorar, a todos quiénes la escuchan, hechizando no tan sólo la mente sino el alma, y haciendo que cantar sea tan fácil, tan simple, tan sencillo, como dejar libre el corazón de toda atadura terrestre o moral ética que perturbe su paz.

...canta conmigo en un dueto único, un violín ensimismado hará el resto, y el mundo, ese planeta inquieto que nunca duerme, dormirá complacido por nosotras. Ese misma melodía, nos transportará a un espacio único y nuestro.