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¿Cómo puede ser que tus labios, no dejen hablar a los besos olvidados? Y se apreten el uno contra el otro, forcejéandose en la lucha por mantener los sesos despiertos y al corazón adormecido... ¿Cómo puedes decidir eliminar la historia, con tan sólo pronunciar un falso deseo? Es el miedo quién toma tus arreses y quién te presta el poco talento... Quise entregarte algo hermoso, pequeño, bajito, como un sílbido y alto como un dulce abrazo, pero preferíste ser sorda y ciega, a saborear tan hermoso sueño... Y el poco aliento que me queda, es tíbio, frágil y menguado, tal y como hace la luna, cuando triste pasea por el cielo, recordando los viejos días de gloria, junto a su amado el sol... la distancia de un camino largo, que lo hace corto, al precipitarse la voz, y lanzar vocablos como si de un discurso electoral se tratara, y en realidad, tan sólo es una poesía a falta de alas... que recibió un rasguño, de sí mísma, porque tal desprecio hirieron su cordura, que había reinado hasta ahora. Perdíste la dirección, tus pasos eligieron la senda equivocada, y tus ojos ciegos, ciegos por la aflicción, decidieron que era el correcto. ¿Cómo es que, no te preguntaste, querida...si tus pies iban delante y no tu cabeza? Arrugada estaba demasiado la idea, que era igual que un papel en blanco, con mucho espacio y poca letra. Ya entonces, era tarde, como un suspiro que vuela de improvisto, cogiste todo tu equipaje y al abrirlo, hallaste..."Tu consciencia". "Quiero regresar, regresar a esos días de esplendor y belleza"- Anhelaba el derrotado sentimiento, que franqueaba el paso. Y aunque era fácil ahora, ya no había ese fuego, que calentaba el cuerpo, que hacía volar la mente, y que nadaba en el estómago...porque, la oportunidad es el momento y no el tiempo-espacio, que creía ser el puente entre tu nariz y tus ojos, te dejaron demasiado ofuscada.


Y Ahora me pregunto yo: ¿Qué será del tiempo? El tiempo en que los besos hablaban de amor y no de métodos absurdos con los que lidiar y evadir las decisiones importantes....



Tristemente, un corazón abarrotado, que se debate en el dilema de, si proseguir al olvido, o de irónicamente esbozar, ese pequeño invitado, de larga anchura y de espacios infinitos, entre comisura y comisura....