jueves, 28 de mayo de 2009

Frases...

Y yo, tan despreciable como el orgullo que emana mi ego, voy perdiendo lágrimas de autocompasión. Despido mi apegada sonrisa, por un rostro grisáceo y cansado, Cansado de soñar tanto, para luego tener un mal trago...


Odio tu cabello. Odio tu mirada. Odio tu sonrisa. Odio tu manera de hablar. Odio tu forma de caminar. Odio tu cuerpo esplendoroso. Odio la forma en la que me lastimas. Odio como me haces sentir. Odio tu compasión. Odio a mi odio, por no poderte odiar así.

martes, 26 de mayo de 2009

dilema

Añoraba aquellos tiempos febriles, dónde mi corazón imponía sus emociones ante la razón. Me dejaba llevar por incoherencias justificadas en nombre del amor, incluso llegué a tatuarme tu nombre junto a mi pecho. Sentía que era tan libre cuál pájaro surcando los océanos celestes, pero nunca supe que en realidad, era tan desgraciada y desdichada como una mariposa. Siempre estaba atada a ti, porque no podía volar libremente, era esclava de mis propios sentimientos. Yo...yo estuve presa y procesada a vivir continuámente amándote, sin importar cuál fueran mis condiciones.
No estaba en situación de rehusar a razones, tenía que aceptar que aquella enfermedad, me iba a matar o me iba a dejar vivir, depende como actuase y no podría ver más allá, hasta que esto decidiese detenerse para la decisión final:
¿Acertaría o me quedaría en un rincón?

Quién sabía lo que me esperaba...

Razonando...

Vacilé unos momentos con mi cabeza, estaba hecha un lío. Hacía dias que no podía concentrarme, indagaba con torpeza sobre la crédula incertidumbre, la cuál tenía ventaja sobre mis suposiciones.
Jadeaba sin cesar, pese a mi condición física la moral se estaba perturbando lentamente, afectada por el agobio de encontrarme allí, en aquella habitación a solas con mi mente y con unos cuántos experimentos que habían enorgullecido a los fracasos.
Sentía que me dejaba arrastrar despacio por la desesperación, todo aquello no tenía sentido, el vacío de mi mente, no me facilitaba las cosas, sino las empeoraba y yo persistía en el arduo trabajo de enfriar mi cabeza y recolocar ideas para apoyar mi tésis, de contrarestar el hecho que me estaba matando. Razoné durante días hasta dar, la forma de la contrapartida: desenfundé razones, acabé con las emociones contraproducentes y ordené la habitación. Jugué en todo momento limpio, pero no con menos esfuerzo e ímpetu.
Así fue, como hice un duelo contra la muerte, a regañadientes y de arma la fuente más sabía de todo ser humano: la razón.

sábado, 23 de mayo de 2009

...



A veces resisto, a la tentación de marchar bien lejos....de hundir mi condición, en el suspiro más tierno.
Me enamoro de sonrisas, de miradas tristes, de vidas anónimas, que dejan de serlo, cuando llegan a mí, con un montón de pancartas pidiéndome versos de amor...
Y yo cojo el violín usado, de cuerdas desgastadas, pero de alegre sonido, y empiezo a cantar y digo en voz baja:
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