miércoles, 24 de marzo de 2010

Dudas y cómos.

Querido diario,
Me embaucan miles de emociones, que están afectando seriamente a mí forma de ser y de actuar. Hace poco, tras tanta incertidumbre que hay detrás de la muerte, no quise adivinar más mensajes que traía en su regazo, conforme iba avanzando y la iba viendo venir, me hice la esquiva, prefiriendo cerrar los ojos y por un instante ser ciega, a ver que tenía qué decirme.
Se ha llevado a mi perro, a mi tio, a mi tío abuelo...y ahora pretende llevarse de buena gana, a la novia de mi tío. Nunca entenderé sus misivas, ¿Por qué debe quedarse todo cuánto amamos?, ¿Es acaso, alguna forma de darnos cuenta que perdiendo algo, reconocemos su valor?...Nunca lo comprenderé del todo. Me trastorna día y día también, el hecho de no acabar de aceptar éstas pérdidas, no había disfrutado lo suficiente de ellos, ahora entiendo la frase, la cuál siempre me resigno a decir o a escuchar de otras bocas: "Es demasiado tarde...". ¿Tarde? ¿Y qué intentas decirme, qué ya no haga nada pese a que haya perdido una oportunidad y tenga que lamentarla?, no quiero...simplemente, no me entra esta razón.
Es como una simple mariposa, a la que curiosamente, va a parar a tus manos y desata el caos, y lentamente, te atornilla hasta los sesos, de tal manera, que ni encuentras refugio ni razón para combatir la desesperación.
Por desgracia, hay quiénes aprovechan dicha "desesperación" de las personas, para ataviarlo a sus trucos de zorro, pues como dice la fábula éste siempre está al acecho de algún despistado.
Y todo cuánto puedo sentir, es tristeza, rabia, sufrimiento...y debo permanecer inmóvil, mirando como me desangro, porque parece que lleve algún tipo de veneno que no me permita ni eso, moverme y devolver la jugada.
No pienso admitir, que me han hecho un jaque y mate, no lo pienso admitir, pues estoy segura que aún puedo moverme, sólo necesito concentración y el momento oportuno.
Me atan muchas cosas cerebralmente hablando, tengo muchas dudas, y muchas respuestas que atender, y pocas ganas, porque, me hallo algo desvalecida, en medio de un camino lleno de piedras y de muchas subyacentes, que no logra comprender mi cabeza.
¿Qué hago?- Es la pregunta que más se repite, y que más me agobia. Es como si me impulsara a decirme: ¡Va, piensa algo, rápido! Y yo no supiera qué decir...ni qué hacer...
Siento una sensible frustración, denotada por el caotismo mental, y por la realidad grisácea y pusilánime, de algún pintor ebrio de pena.

Cantar me ánima, me afina hasta las cuerdas del corazón, pero no es suficiente, para lograr el jaque y mate, que necesito...¿Cómo hacerlo, sin tener que lastimarme demasiado? es otra de las tantas cuestiones, que tengo en la despensa. ¿Cómo..? y ¡¿ Cómo?!...me temo que no lo sé, por ahora.

martes, 9 de marzo de 2010

Querido diario,
Estos días han sido un aluvión de sensaciones, era como una revolución simultánea influidad por diferentes variantes: ya sea el tiempo, las mentes dispersas (pero no menos inquietas) y por supuesto, las situaciones confrontadas unas contra otras.
Lo puedo comparar como si fuera un partido de Tenis, ibámos devolviéndonos la pelota, unos con más fuerzas y otros observando para analizar y obtener una posible estrategia...
Aunque, debo añadir, que ha sido duro, ni si quiera el invierno había penetrado tanto en mi piel pétrea y escamada, armada con el valor y a su vez la cobardía, de la temerosa belleza desleal, de ser herida. Digo esto, porque, no contaba con el fallecimiento, de uno de mis familiares, de vez en cuando te das cuenta que no es todo cómo se calcula, que siempre hay el factor sorpresa de por medio, que lo desajusta todo, que por mucho que intentes poner en exactitud el resultado de las consecuencias de tus actos más la circunstancia...va a ser un tropiezo novício, y digo novício porque cada vez somos más ingenuos y parecemos principiantes, y eso que sabemos de sobras que vamos a darnos el tropezón de turno, por confiarnos...
Lo mejor de todo, es salir aerosa, de la situación y sonreír, pese a que te estés desangrando aún o estés tan asustada, que tus piernas corren después que lo haya hecho tu mente. Y no te das aún cuenta, que ya tienes encima, otro dragón o otro antagonista de tu historia, con dientes más afilados y con ojos de una viveza fiera, las garras son como el aliento del fuego, desgarrador y voraz, que con tan sólo un bocado, ya deja tu carne calcinada y te pone propicia a la muerte, otra archiénemiga más.
Digo todo esto, porque aún me es difícil aceptar su partida, y todavía más apurado, afrontar todos los problemas en mi vida.
Procuro ir despacio, y mantener la cabeza sobre los hombros, sin alterarme, sin desquiciarme, por estar perdida entre la mar y la ría...Quiero volar, pero para saber volar, hay que primero aprender a cómo utilizar las alas, y preparar la mente.
Ojalá salga todo bien. Por el momento, tengo un sabor agridulce.









Pieces of the never ending Story.