martes, 9 de agosto de 2011

Querido diario...

¿Es extraño pensar que los tiempos, han cambiado? ¿O tal vez hemos cambiado nosotros con los tiempos? Ni si quiera sé qué opinar al respecto, sinceramente, es algo indómito tratar de disuadir algo tan evidente.
Nada es eterno, y a la destructuración caótica del comportamiento humano, le persigue siempre una ética precaria que no siempre cumple con sus leyes morales.
Me he dado cuenta que, intentando cambiar el engaño sólo hacía que éste tomase más papel en el juego y aunque dramáticamente tomase un giro esta vez, esperado...Me había herido, me había destrozado por dentro el descubrir que todo ha cambiado.
Nosotros, ellos y el tiempo. Somos camaleones encerrados en una jaula restringida, tan sólo el verdadero acceso se halla preso en nosotros mismos. Y aunque dicho de alguna manera desordenada en este texto, he averiguado que ni tan si quiera, sabemos quiénes somos realmente, dónde vamos...o dónde iremos. Cambiamos por circunstancias, nos rechazamos ante lo insólito...Porque tememos lo incierto, aunque ésto sea lo cierto, de alguna manera...
Seguir caminando a ciegas e intentar impedirnos el paso, sólo hará que nos acostumbremos a las ilusiones que quieren que soñemos. Pero pese a que la realidad se presenta de manera distinta y poco afable, sea mísera o lo más brusco que hayas exhalado por tus pulmones...Esa realidad será la que presente el cambio, la que decida quién serás...Al menos que tu elijas: Adaptarte, sobrevivir, vivir o morir.
¿Con cuál te quedarías?

Si te adaptas, sólo serás un eslavón más no podrás tener ese afán de superarte, siempre tendrás que ser domado por personas con determinación. Y éstas escogerán tu futuro.
Si te dedicas a sobrevivir, siempre estarás solo, no tendrás a nadie y atacarás a todo aquel que se cruce en tu camino sólo por determinar el mismo objetivo que tú, acabarás consumiéndote por tu propia soledad...Y jamás disfrutarás de los pequeños detalles.
Si escoges vivir, tu camino será el doble de asfixiante, te mutilarán una y mil veces, pero cada obstáculo representará un miedo que has superado, un pensamiento que has dejado para ser quién eres. Si eliges vivir, disfrutarás con cada detalle de la vida.
Si por consiguiente, escoges morir. Sólo verás el infortunio y la desgracia de no haber aprovechado tu vida, de pudrirte no sólo físicamente sino interiormente. Te habrás decapitado tú mismo y sólo por cobardía. El miedo no nos hace ser valientes, hasta que nosotros no eligimos serlo...Y está claro que ser valiente, es cuestión de dejar de ser un héroe para convertirte en un humano, admitir tus miedos y enfrentarte. Ser consecuente con tus acciones y reconocer los errores, ser valiente es la mejor opción. Morir, sólo te enseña a despreciar tu existencia...


¿Y tú que escoges? Eso me dice mi inconsciente, cada mañana al despertar.

domingo, 7 de agosto de 2011

...

Y todas las cosas insustanciales se convirtieron en significativas, eran el último golpe para recordar de dónde procedía la magia.
De los grandes y pequeños detalles...