viernes, 28 de mayo de 2010

Leona Lewis - Better In Time




Con el tiempo comprendemos que no hace falta, aparentar ser mejores, sino que, hay que ser mejores por dentro. Crecer con la valentía de saber que también podemos tropezar, equivocarnos e incluso perdernos. Por eso, porque cuando lo hacemos nos hacemos un poco más mayores de lo que en realidad somos. Y me sirvo de la experiencia, para poder justificarme.
Las prisas nunca fueron buenas a la hora de remar río abajo, cómo tampoco pueden serlo si se quiere tener alas, antes de construirlas o del tiempo asignado.
Tiempo al tiempo, dijo alguien sabio, del cuál al principio desconfiaba y miraba de reojo, hoy por hoy, creo que es quién realmente me ha enseñado, parte de lo que soy.
Esa GRAN persona, con mayúsculas ha sido mi madre. No sé si es porque, nos enjendran y como definen los científicos se quedan parte de nuestra esencia, o porque simplemente, nos ven pasar del gateo a caminar y de las sumas y restas a las multiplicaciones y divisiones.
Creo que, lo que intento decir, es que...son las mejores a la hora de comprendernos o al menos, en su inmensa mayoría. Y mentiría si dijese que la mía, no me ha aportado nada, porque si, aún sigo en parte en pie, es gracias a su dedicación y esfuerzo.
Por eso, una vez más y en parte le dedico este discurso.
¿Somos lo que somos al nacer, o lo que somos al crecer? Particularmente, me quedo con la segunda. Pues al desarrollarnos y dejar de mecer en la cuna dónde fuimos encunados...pienso que empezamos a ver el medio y la sociedad por nosotros mismos.
Yo sé, que si he de decir algo va a ser lo siguiente:
No renunciaría a esta vida que estoy teniendo, porque es mía y puedo afirmar que estoy pincelándola a mí manera y no a la de alguien que quiera adueñarse de prácticamente, algo que no le pertenece.
Mi vida, la más maravillosa experiencia única vivida en primera persona y narrada a veces en tercera...para ocultar identidades y posibles represalias...o...por singularidad. Mera particulariedad, pues la originalidad de un buen blues entonado en sib desde las cuerdas vocales de una soñadora, relata más que la historia de un "somos" y un "seremos".
¿Qué puedo decir que no diga ya en unas cuántas entonaciones? No somos lo que comemos, ni lo que nos inculcan, ni la apariencia que deseamos, somos lo que vamos forjando a fuego lento y con el corazón siendo simple espectador, de nuestro propio cuento.


"Y soy ese pequeño barquito de papel, que pese a la tormenta, fue valiente, porque decidió vivir y no ser un triste"

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