lunes, 23 de agosto de 2010

En tan sólo unos minutos.



Sus labios de pergamino clásico, arrollado por las dudas de un beso impreso, extinto, apunto de consumirse en los mismos.
Sus ojos salvajes que huyen de toda lógica, viajan hacia el país de los sueños, escrito en la memoria de mis pupilas. Y como si fueran buenos navegantes, más conocidos por sus hazañas que por su diálogo, rescatan en mí una sonrisa tímida, que se despide en mi boca y continua en la suya...
Ahora recuerdo su cabello largo, ondulado haciendo mil y una formas, como las olas del mar, me trasladan hacia lo insólito, inexplorado hasta entonces y me acomodan en su letargo...
**que la suavidad de la que se hace cargo mi tacto, habla de secretos jamás contados**
Y tú me sonríes plenamente, como si nada te detuviese, salvo la vergüenza de ver contestada ésta misma, en mi rostro. Y yo, sin palabras, todas mudas, arrimadas a tu silencio, río, río en el desconocimiento.
Creo que he podido tocar el cielo, en tan sólo unos minutos...

Sin conocerte de nada, sin cruzar si quiera vocablos que llamen a nuestras puertas, sin tan si quiera, reírme...a carcajadas.


En tan sólo unos minutos, he visto la selva, salvaje en tus ojos, hiedra venenosa en mi alma...

No hay comentarios: