martes, 6 de julio de 2010

A veces.


¿Acaso no persiguen tus horas al ocaso?
que ya estás cerrando los ojos,
y pensando un rato,
en cómo imaginarte al lado de tu amado,
vistiendo con esos besos vagabundos,
las comisuras descosidas de un corazón partido.

Te apartas lentamente,
recogiéndote los pies,
desde la otra orilla de la cama,
todo lo ves muy grande.
En ese pequeño espacio,
que va desde tu mente hasta tu pecho.

Descuidas permanentemente, a tus ojos charlatanes,
que describen el pequeño secreto que no debe contarse,
y te sientes tan vulnerable, como un suspiro tendido en el aire,
sujetado torpemente en tu boca, que corre y huye...
a contra corriente, esperando no tropezarse,
para no acabar de definir del todo, lo que siente.



Tus palabras disfrazan la verdad,
que callas desde dentro,
enredándote en el silencio desplazado,
de tus tímidos latidos,que procuran disimular lo necesario.
Aunque a veces su diminuto escenario,
sea invadido por los telares de los sueños ilusorios.

Te confunden las nubes,
que divagan por el cielo,
que te piden mil perdones,
y ninguno es lo suficiente acertado,
para entender cómo te sientes,
debería subirme a un tejado,
y aprender a escalar con mis manos,
esas inmensas paredes que te afligen.



Descuidas permanentemente, a tus ojos charlatanes,
que describen el pequeño secreto que no debe contarse,
y te sientes tan vulnerable, como un suspiro tendido en el aire,
sujetado torpemente en tu boca, que corre y huye...
a contra corriente, esperando no tropezarse,
para no acabar de definir del todo, lo que siente.


Te detiene un minúsculo paso,
que has considerado como un fracaso,
retienes tus impulsos y tus amagos,
haces lo propio, girar el rostro y mirar hacia otro costado,
despidiéndote de todo ese deseo.


Y créeme si te digo, te entiendo,
que comprendo porque tu voz, se silencia de pronto,
y se apaga conforme le leo mis argumentos...
Y después rozando lo más tierno,
me entrego entre tus brazos, y te arropo con mi cuerpo.

Porque a veces...

Descuidas permanentemente, a tus ojos charlatanes,
que describen el pequeño secreto que no debe contarse,
y te sientes tan vulnerable, como un suspiro tendido en el aire,
sujetado torpemente en tu boca, que corre y huye...
a contra corriente, esperando no tropezarse,
para no acabar de definir del todo, lo que siente.








Dedicada a una amiga.

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