viernes, 30 de julio de 2010

...

A veces no sabría qué decirte, el odio es tan inoportuno...tan espontáneo, tan impulsivo...que dice lo que un corazón herido es incapaz, en un momento lúcido.
A veces me pregunto si realmente hay que llegar a las manos, ¿Qué somos verbos enzarzados en espinas del mazo ostentoso de tu lengua? ¿La rídicula cancioncilla de la ironía cuando se vuelve superflua? ¿O el espantoso rintintín de tus labios, al contradecirse en las comisuras, con los gestos parlanchines?
¿A quién damos la razón: Al verdugo, al asesino, o a la víctima?
Discutir por discutir, se convierte en costumbre, día a día, parece un deporte olímpico, en el que esquivar tus miradas asesinas, tus dardos envenenados y tu avaricia por acaparar la atención. Es como la competición de un cojo y un ciego, queremos llegar a la meta, pero nunca nos pondremos de acuerdo.
A veces me pregunto...
¿Qué fue de aquellos chiquillos, que se prometían bajo el cerezo con el más tierno beso de amor?
¿De aquellos jóvenes que sonreían al mirarse el uno al otro?
¿De los dos tórtolitos que buscaban el remolino, para provocar un poco de desorden y un poco de alboroto?
¿Y de...?
¿Y de nosotros? Míranos...parecemos desconocidos que reman a la opuesta dirección del otro...

¿Qué pasó con ellos? ¿Qué pasó con nosotros? Dímelo tú, no, dímelo a mí...que yo, yo narro desde el olvido...







(muchas veces deseaba dedicárselo a los padres de los niños, por los cuáles se separaban o divorciaban y ponían excusas absurdas como: Yo quiero a tu madre,pero no es posible, porque vivímos en mundos dispares, o..."Yo conocía a tu madre y ahora no" no digo que no pueda suceder, por supuesto, pero no empieces a mentir al niño, cuando muchas veces esconde otros motivos...)







-¿Tú me quieres?
-¿Yo te quiero, dices?
-No lo sé. Eso pregunto...
- Nadie debería cuestionarlo, ni si quiera tú. Porque yo tengo claro, que sin ti, no vuelo, sin ti, no canto, sin ti...¡Ay amor, sin ti! Sin ti, no soy yo.
- :)

No hay comentarios: