martes, 6 de julio de 2010

Triste.

Despidiéndome de tus labios, con la mueca triste, de un adiós apegado, en un simple pasaje...de un relato olvidado, en el cajón amargo de los besos. Describía así, mi último aliento, cobrándome las vidas que en el pasado, arrebaté de mis propias manos, para cumplir mis deseos ávaros.
¿Y ahora quién es el pusilánime, que arrastra sus pies y calla las calamidades?.Eso mismo me pregunto yo, querida, eso mismo me pregunto yo...ahora.Qué tengo el corazón dividido entre la desazón de quererte o morir recordándote, en mis suplicios infantiles, de gran tristeza, consumida por las señas de la llama apagada...
Abandónandome en los momentos más difíciles, en que la vida me ha dado la espalda...¿Y tú, dónde irás ahora? Mi querido navío...de madera tosta y cansada...
Déjame enseñarte, lo que es querer no con la boca, sino con mi alma...pasando el día de cada día, a tu lado...el resto de la vida.

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