domingo, 18 de julio de 2010

Lluvia de otoño



Acabaré odiando tus labios, como tú los míos, cuando se despiden en otoño, entre las lluvias y el creciente de los ríos, tu cuerpo...y el mío, permanecen instintivamente solos. Despegados uno del otro, temiéndose en la oscuridad, vagando entre la espesa niebla, de una triste lágrima, que baraja el quizás, quizás algun día...todo esto sea una pesadilla, y no tengamos que cumplir esta vieja canción: Adiós, te quise y te amé, como nadie supo hacerlo mejor, y ahora, me quedaré con la duda, de cómo llegamos a este punto perdido, de la mano ciega, de un torpe envidioso...celoso de amor.
¿Algun día nos reíremos?¿Algún día lloraremos realmente? ¿Algún día volveremos a encontrarnos? Encaminaré mis pasos hacia los tuyos, una vez más, y aunque no te dés la vuelta, ahí me tendrás, cubriéndote la espalda, teniéndote a las seis, como dicen los aviones de guerra, siempre contigo...siempre, amándote.

1 comentario:

Unknown dijo...

Siempre a las 6 ;)