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El rugido silencioso de un perturbado latido, hace ademán de querer ser el eco, del sílbido frágil de tus labios. ¿Y quieres que te diga un secreto? Ahora soy como el viento, libre, libre para recorrer tus pequeños espacios entre el hueco de tus ojos y tu boca, cuando escribe entre sonrisas: Te quiero.
¿Y ahora te digo otro? Que soy totalmente dependiente, que ya ni si quiera puedo, decidirme entre entregarme o escaparme de ser arrastrada por tus besos.
Cúbreme el cuerpo de mariposas, que voloteen sobre mi estómago, que duerman a orillas de mi espalda, que crucen el río...hasta encontrarte sola.
Pídeme de nuevo, que te cuente otro. Házlo, y ya sólo querrás escuchar por siempre esa respuesta.
Pídeme otro, otro, y terminarás queriendo esta locura, el resto de tu vida.




Mídeme las palabras, házme volar una vez más.