lunes, 1 de febrero de 2010

Recolectando...

La mente es una herramienta de doble uso: el privado y el compartido. Dígamos que, puede servir para una mísma o para los demás, depende de cómo queramos usar.
Nunca he adivinado, el porqué en según que secuelas de la vida, participa más un lado, que el otro.
Es decir, damos más que recibimos, o recibimos más que damos...
ni tan si quiera sabemos en qué magnitud se miden nuestros actos, después de todo, desconocemos o acabamos mejor dicho, desconociendo nuestros própositos...
¿Cuántas veces nos hemos preguntado: porqué pensaba así?, ¿Por qué llegué actuar impulsada por tales idealismos o pensamientos? La respuesta es bien sencilla, porque en cada etapa somos diferentes, discurrimos de una manera según los acontecimientos próximos, somos camaléonicos, porque nos adaptamos a la situación que nos precede, para poder poner nuestro color particular.
Nunca damos en la misma magnitud, lo que el resto de personas nos dan, sin embargo, procuramos servir y que llegue a todos, nuestro afecto e incluso nuestra manera de ser, implantando o repartiendo semillas. Semillas que algunas tienen la fortuna de florecer y otras se pudren al no regarse o al no tener el suficiente sol...por alguna de las dos partes.
He llegado a una conclusión: Si damos lo mismo que recibimos, nunca sabremos lo que realmente damos o dejamos de recibir, ni podremos blandirnos ni mejorarnos, porque si el ser humano se caracteriza de algo, es de su imperfección y de su búsqueda hacia la perfección con el fin de consolidarse. Es una bella virtud, que refleja el ansia de buscar lo verdadero y expander lo certero...o tal vez, de mostrar que no es todo vileza y que, se esconde una franqueza inoxidable.
Por eso, el día de mañana, no quiero resignarme a sólo dar, sino también a recibir, a ser paciente, y saber aprender con todo lo que voy recolectando últimamente, por eso quiero también decir, que me alegra vivir, para tener esta oportunidad de sentir.

No hay comentarios: