sábado, 1 de octubre de 2011

Comas y comas.

Ante tanta objeción tuve que poner orden a mis ideas. Era francamente devastador el panorama. No existía ni una breve pausa o coma textual que hiciera derretir ese colérico instante.
Sólo puntos sobre puntos que se perseguían a sí mismos y eran bien capaces de ponerle un final temporal a todo.
¿Ridículo cierto? Eso pensé entonces. Antes de nutrirme con tanta obsesión conspiratoria que giraba entorno a una falta de comas de pausas de...

Silencios simples sin disfrazar.
Hasta ahora no me había dado cuenta de la importancia de éstas y pude suplir su ausencia con la incorrecta forma de sustituir lo destituible...
Al fin y al cabo nada es irremplazable...Es la noción básica que se aprende con la vida.

No hay comentarios: