martes, 12 de enero de 2010

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Querido diario,
Muchas cosas han sucedido desde la última vez, pese a que, cada vez, me diese menos apego de contártelas. El día en que escribí la última vez, fue memorando un recuerdo insuperable, que hoy por hoy, se ha traspapelado, con otros tantos.
Aunque reconozco, que hoy ha sido un día un tanto distinto, he conocido a una mariposa, de alas de plata de lengua de fuego...ardía, ardía como mi pecho que se ruborizaba cuando ella sonreía, me enseñaba a volar mientras tanto, con las nubes que siempre acostumbro a jugar y atravesar la frontera grisácea, del miedo al fracaso o al abandono.
Quisiera pedirte, buen consejero, que de tu mano me digas, si esto es un beso hueco o un beso tierno, pero que ante todo, seas sincero.
¿Volveré a pulular a ciegas, por otras flores?,¿Volverán las rosas a florecer en este jardín viejo y triste?...quién sabe, si esta es la respuesta, no lo sé. Sólo sé que de momento retorno a hinchar mis pulmones, de aire cálido y no agrietado por el malestar.
Sé también que si ella me sigue besando el alma, volveré a las andadas, yo con las costillas mojadas entre lágrimas, y mi corazón ríendose a carcajadas, vómitando palabras sárcasticas por no levantar herida...

Quién sabe, el saber es quizás, mejor ver y callar.

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